Creciendo, era un gran fan de las series de TV Star Trek (1966). Cada semana, esperaba ansiosamente el último episodio de este programa innovador para jovencitos aventureros como yo. Cada show comenzaba con el tema icónico de Star Trek, seguido por la ahora clásica introducción “Espacio: la última frontera. Estos son los viajes de la nave estelar Enterprise. Su misión de 5 años: Explorar extraños nuevos mundos. Buscar nueva vida y nuevas civilizaciones. Para ir audazmente donde ningún hombre ha ido antes.” De niño, esas palabra siempre despertaban un sentido de aventura dentro de mi . . . especialmente la última línea. ¿Podría alguna vez lograr algo tan valiente y aventurero? Sabía que tenía pocas posibilidades de explorar el universo en una nave espacial—¡pero era divertido soñar con eso!
Brian ministrando en una campaña evangelística “Fiesta Cristiana de la Cuadra” en St. Petersburg, Florida durante The Jesus Movement
Cuando conocí al Señor a los 19 años, ese mismo sentimiento de aventura se activó. Repentinamente, yo vi la realidad de Daniel 11:32: “Más el pueblo que conoce a su Dios se mostrará fuerte y actuará” (LBLA)—no a ir a nuevos planetas extraños sino más bien a “valientemente ir” a todo el mundo y proclamar el evangelio salvador de Jesucristo. Por medio de la gracia y el poder de Dios, hicimos exactamente eso en los parques de la ciudad, centros de detención juveniles, cárceles, asilos, cafeterias, y más. Luego, íbamos hacia la siguiente frontera, predicando el evangelio en diferentes estados a través de la música, presentaciones y la Palabra de Dios. Luego, hacia Guatemala, Honduras, Nicaragua, Venezuela, y Perú, guiados por el Espíritu Santo a “ir valientemente” a buscar y salvar a los perdidos. Alabado sea Dios, miles encontraron a Jesús a través de estas jornadas—pero sentí que Dios quería hacer más!
Brian ministrando en Faith Fellowship en Ohio en 1993
Dirigiéndose a Guatemala con la familia en los 90s
Luego, un mandato fresco de “ir valientemente” sonó como un toque de clarín. Ahora, Dios estaba llamándome—“Ve a todo el mundo y predica el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Sabía que esto significaba ir más allá del continente americano. Prontamente descubrí que cerca del 98% de los fondos misioneros apoyaban naciones ya alcanzadas—incluyendo los mismos lugares donde nosotros habíamos centrado la mayoría de nuestros esfuerzos. Ese descubrimiento abrió mis ojos y rompió mi corazón. Sabía que era tiempo de alcanzar la frontera final del mundo de misiones. El cuartel general del cielo había enviado un claro mandato—debemos ir valientemente a “predicar el evangelio donde Cristo no era conocido” (Romanos 15:20)!
Brian, hijo, JJ, y Jim Randall en Camboya en 2014
En el 2014, mi hijo, JJ, y yo tomamos nuestro primer viaje misionero sorprendente al Sudeste de Asia para trabajar con Jim Randall. Desde entonces, Jim nos presentó a innumerables ministerios nativos dedicados a “valientemente ir donde ningún hombre ha ido antes” con el evangelio—a lugares donde el evangelio es escaso, donde aún quedan miles de aldeas no alcanzadas, y donde más de tres billones de almas viven en grupos de personas aún no alcanzadas. Dios llamó a MM a mantenerse en pie detrás de estos testigos fieles hacia la Ventana 10/40, y ahora, por medio de tus oraciones y apoyo, ellos comparten la esperanza de Dios con miles cada mes. Alabado sea Dios, tú y to podemos “ir valientemente” con ellos como sus enviadores. Gracias por unirte a nuestra jornada de por vida (no sólo cinco años como The Enterprise) para alcanzar a los no alcanzados y entrenar a los demás a hacer lo mismo. Juntos, “Somos los embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros” (2 Corintios 5:20).
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