Olvidando la Misión Parte 2: ¿Predica el Evangelio, Usa Palabras Cuando es Necesario?

Jesús dejo a la iglesia con una clara misión: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15 LBLA). Pero cuan cerca han mantenido este mandato los cristianos modernos? Lo hemos hecho nuestro objetivo más grande el predicar el evangelio de Jesucristo — y predicarlo precisa y poderosamente? Trágicamente, muchos de los cristianos protestantes no lo han hecho.              
 
 
Cristianos Profesantes: ¿No Profesando Mucho?  
 
De hecho, la mayoría de los cristianos profesantes no predican en absoluto, y mucho menos predican el verdadero evangelio. Según el Instituto Americano de Fe y Cultura, un 27% de los pastores protestantes conservadores niegan rotundamente su responsabilidad de evangelizar. Quizás más aterrador, solo el 25% de los cristianos profesantes* afirman su responsabilidad evangelística. Si estas estadísticas no fueron lo suficientemente escasas, debemos recordar que no todos los que escuchan la llamada lo escuchan. En una encuesta de Barna, el 31% de los encuestados que afirmaron su llamado a evangelizar no lo habían hecho en los doce meses anteriores. ¿Cómo pueden los cristianos profesantes ser tan fríos en su llamamiento cuando Jesús fue tan claro en su mandato? En pocas palabras: hemos creído una mentira. Esto es lo que quiero decir.
 
La verdad desobedece los hincones de la conciencia. Para escapar de la convicción de la verdad, la conciencia debe encontrar refugio en una mentira creíble (ver Isaías 28:17). La iglesia moderna ha encontrado un cómodo refugio en la creencia de que podemos predicar sin realmente predicar; es decir, que podemos salvar almas sin hablar de Cristo. No hemos negado la Gran Comisión, solo la hemos definido; y con una cita popular: “predica el evangelio, usa palabras cuando sea necesario”. Esta mentira que mata la cosecha se ha infiltrado en las creencias, literatura y práctica de la iglesia, dando como resultado una generación que no se siente responsable de predicar el evangelio.
 
Si te quedas conmigo, te explicaré por qué esto es una mentira y qué pasará si la iglesia sigue creyéndolo.      
¿Predica el Evangelio, Usa Palabras Cuando es Necesario?
 
He oído esto muchas veces. Una mujer joven pregunta si deben compartir su fe con un amigo. “Los estoy amando y esperado por el momento correcto [el cual nunca parece llegar]. Predica el evangelio, usa palabras cuando sea necesario, verdad?” Otro justifica su rehuso de predicar a sus amigos: “Estoy predicando el evangelio al ser amigo de ellos. ¡Predica el evangelio, usa palabras cuando es necesario!” Otro cristiano amargamente rechazan a un evangelista ferviente: “¡Oye, lo estas haciendo mal! Anda y predica el evangelio, pero sólo usa palabras cuando es necesario” las historias son nauseabundas; los resultados son trágicos; y la frase, dulce como suena, no es bíblica.       
El Caso Bíblico para Predicar Con Palabras
 
Como Cristianos, sólo tenemos una herramienta para medir la verdad: la Palabra de Dios. Por lo tanto, para evaluar este dicho, debemos contrastarlo con la escritura. ¿Cómo define la Biblia el predicar? ¿A que se refería Jesús cuando ordenó: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15 LBLA)?  
 
La palabra griega que Marcos 16:15 traduce por “predicar” es kēryxate. Dos cosas resaltan sobre esta palabra griega.
 
Primero, el verbo es citado como un mandato. Lo que sea que Jesús se refería por la palabra predicar, Él nos ordenó hacerlo. En otras palabras, contrario a la opinion del 75% de los cristianos profesantes, Jesús nos ha dado una responsabilidad de “predicar”. Ningún cristiano honesto puede negar esto. 
 
Segundo, kēryxate significa “proclamar a la manera de un heraldo” (El Léxico Griego de Thayer). En tiempos antiguos, los oficiales políticos llamados heraldos viajaban a areas pobladas para anunciar a fuerte voz las noticias sobre sus reinos. No sólo vivían las leyes del Rey; sino que hablaban el mensaje del Rey tal cual él lo dirigía. Cuando Jesús nos ordena predicar, Él se refiere a esta propia imagen de la palabra. Él quería comunicar que tenemos una tarea real de hablar el evangelio al mundo no creyente. 
 
El contexto del pasaje más adelante prueba este punto. Sólo unos cuantos versículos después, Jesús dice, “El que crea y sea bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado” (Marcos 16:16 NVI). Cuando Jesús nos ordenó predicar, Él previó que el mundo respondería con creencia o incredulidad. ¿Creer o no creer en qué, la buena naturaleza de los cristianos? No, sino en el evangelio que Jesús nos manda a comunicar verbalmente en el versículo 15. Nadie puede creer el evangelio a menos que alguien se lo diga.
 
Esta declaración puede sorprenderte, pero según la Biblia, las palabras nos salvan. No quiero decir que las palabras murieron en la cruz por nosotros, sino que nos apuntan directamente a Aquel que lo hizo. Por esta razón, en Hechos 11:14, un ángel le prometió a un hombre que un predicador “quien te dirá palabras por las cuales serás salvo, tú y toda tu casa.”. En Iconio, “Pablo y Bernabé hablaron de tal manera que creyeron un gran número de personas, tanto de judíos como de griegos “(Hechos 14: 1 LBLA). Y Juan 8:31 dice: “Mientras [Jesús] habló estas cosas, muchos llegaron a creer en Él “(NASB).
 
¿Por qué nos salvan las palabras? Porque la salvación viene “por gracia … por medio de la fe” (Efesios 2:8 LBLA) y “Así que la fe [solo] viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo (Romanos 10:17 LBLA). Como Pablo declaró, “el evangelio … es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree.” (Romanos 1:16 LBLA). Cuando predicamos el evangelio de Dios, el mensaje da nacimiento a la fe en Cristo, que conduce a la poderosa salvación de Dios. Pero debemos enfrentar una realidad trágica: si no predicamos el evangelio de Dios, el mensaje no puede dar nacimiento a la fe en Cristo, por lo que la gente no puede recibir la salvación poderosa de Dios. Ves, cuando los santos ejercitan el silencio evangelístico, los pecadores experimentan la separación eterna de Dios.      
El Trágico Resultado del Silencio Evangelístico 
 
Pablo llora este pensamiento en Romanos 10:13-15. Después de regocijarse en la misericordia universal de Dios hacia todos los que invocan el nombre de Jesús para la salvación (v. 13), habita en el trágico resultado del silencio evangelístico. Él le pregunta a los Romanos, 

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en quien no han creído? 

¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? 

¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 

¿Y cómo predicarán si no son enviados? (v.14-15 LBLA)

Pablo lamentó la idea de que muchos vivos en su día aún no habían escuchado el evangelio. Pueden vivir una vida de paz, abundancia y prosperidad, pero sin escuchar a Jesús, perecerán eternamente. Con la eternidad estampada en sus ojos, les recordó a los romanos su llamado a predicar la Palabra de Dios para que los perdidos puedan oír, creer y ser salvos. No había otra manera. Oro que las palabras de Pablo suenen en tu corazón como una alarma de advertencia.
 
Oro para que suenen la realidad de la eternidad en tu alma. Hoy, 151,600 personas morirán — 105 en este mismo minuto. Las arenas del tiempo se están reduciendo y tú tienes el único mensaje que lleva a la salvación. ¿Alcanzarás con “la palabra de Cristo” (Romanos 10:17 NVI)? ¿O encontrarás un refugio cómodo en la mentira: “Predicaré el Evangelio — y usaré palabras cuando sea necesario”? Confío en que tomarás la decisión correcta.

“¡Cuan hermosos son los pies de los que anuncian el evangelio del bien (las buenas nuevas)!”

(Romanos 10:15 NVI)
 
 
*Todos los cristianos profesantes incluyen un estudio de protestantes, católicos, ortodoxos, etc. 
 
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